23.12.10


Todo tiene que desacelerarse de una vez!
Posteriormente a cada desplomo: me voy armando de a pedacitos, de a poco me vuelvo a reconocer y recupero las ganas de hacer y sentir desde el fondo, sin miedo. De a poquito me renace la esperanza en los instantes impulsados de pureza, en que no haya nada que no brote del corazón. Hasta que truncás toda esa ilusión mostrándome un mundo vacío de alma y ahí quedo: sin refugio, me retraigo y esta inquietud por vivir que se me va de las manos.
Desacelerense de una vez!
Prefiero regocijarme con cada instante, guardarlo en el cielo y palparlo con manos sinceras cada vez que me maraville alzando los ojos por sobre la frente y se me esboze una sonrisa.
Es hermoso cuando las emociones se van hacia las nubes, visitan estrellas y descienden rebotando en un charco salpicándote y volviendo a vos renovadas, bañándote de libertad, lejos de la necedad y falta de juicio.
Y yo quiero ser LIBRE, quiero sentir sin obstruirme y entregarme sin recelo.
Quiero subirme a esa arboleda!, de agitarse con el viento, desprenderse, bañarse de lluvia y secarse al sol.

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