Las estrellas no se apagan, sólo la última se esconde. Media cuidad hace rodar su rutina, media cuidad recién se encuentra con un día nuevo.
Cuidad donde vive gente, grupos, familias, personas. Hay personas que eligen qué desayunar hoy. Hay personas que desayunan a gusto. Hay personas para las que cada día es búsqueda de su desayuno, el de su familia. Hay chicos que no desayunan. Hay personas que desayunan, almuerzan, meriendan, cenan. Hay personas que ni siquiera pueden tomar agua. Hay muchas, miles de personas. Hay pocos que hacen. Hay muchos con nada.
Pasa el día, algunos llegan a sus casas, otros no ven la hora de llegar, y otros no tienen dónde ir.
Convivimos constantemente con la pobreza, no sólo en éste país, hay pobreza en el mundo y la sociedad les dá vuelta la cara. Si todos diéramos una mano, si vieramos con más atención nuestro alrededor, si dejáramos de preocuparnos por necesidades carentes de importancia e hiciéramos algo por quienes realmente necesitan una mano.. sería todo distinto, TODO.
Absolutamente todos tenemos el derecho a igualdad de posibilidades. Quienes tienen el poder de difundir, de informar, de hacer dar cuenta a la gente, no lo hacen. Pero todos sabemos lo que pasa y nadie mueve un dedo. Los que menos tienen a su alcance más se preocupan. Será por tener conocimiento de la carencia que otros pueden sufrir. A todos nos puede tocar, hay que dejar de dar la espalda. Hay que hacer algo por cambiar. Hay que ayudar. Hay que, de una vez por todas, estar juntos.
Y así todos despertar y saber, y poder disfrutar de una mañana, un desayuno, una familia, un techo, un trabajo, y contar con la mano de otros.

sos parte del paisaje que te rodea

acaricias el infinito, el mundo no te da respuestas
el gris del miedo está en tus ojos
te convertís en el peor esclavo
el esclavo feliz
ese que se encadena solo
lustrandole el zapato al diablo

Un día después, no pasa más...


¿Qué es lo que nos hace dar cuenta?
Basamos nuestra vida en insignificancias. Nos damos el lujo de ignorar, ignoramos tanto. Poca memoria, olvido.
Así es fácil, ¿no?... no le debemos ni una mano a nadie.

Si para no recordar el mejor remedio es soñar,
¿cómo hago yo si mi sueño es lo que tengo que olvidar?